Las puertas son uno de los elementos principales de seguridad tanto en una casa como en un negocio. Por ello, estos dispositivos se han visto beneficiados por los grandes avances técnicos y tecnológicos, dotando a los propietarios de negocios o residentes en viviendas, una tranquilidad añadida.
Lo común es pensar en una puerta como algo básico que se debe abrir y cerrar cuando se quiere cruzar de un lugar a otro que sea más personal o una propiedad privada. Esta barrera, al ser algo de uso diario y lo primero que visualiza un ladrón, es recomendable dotar de todas las herramientas posibles para que esta barrera sea sencilla y segura. Por esta razón, como expertos en seguridad física, desde Anloar queremos compartir las diferencias entre las puertas de seguridad, porque ni son productos simples, ni son todas iguales:
Puertas acorazadas.
Estas son usadas habitualmente en lugares donde se guardan objetos con un gran valor, como las puertas para cámaras acorazadas o directamente viviendas unifamiliares. Se ven en esa clase de contextos debido a que, dentro de las clases de puertas, estas forman parte de la élite. Al igual que las puertas blindadas ofrecen una estructura con un sistema de planchas de acero con el marco integrado, del mismo material.
Poseen cerraduras con distintos sistemas de anclaje y en caso de nuestras puertas, el cliente puede seleccionar el tipo de cerradura deseada. Como accesorios, incluye la opción de sistemas anti-apalancamiento, antidumping o anti-extracción entre otros si lo desea. Bajo nuestro criterio, destacamos las puertas K-XXI y K-100 de Kiuso Seguridad Reina como ejemplos de seguridad y calidad con diferentes niveles de homologación.
Puertas blindadas.
Se trata de puertas compuestas en su mayoría por madera reforzada por una plancha de acero que resiste el uso de palancas que tratan de forzar la apertura. Al realizar la misma función que una puerta acorazada, las blindadas han sido con el paso del tiempo relegadas más al uso doméstico. Principalmente se trata de una puerta de madera y la acorazada acero.
Aun así, estas puertas cuentan con refuerzos que soportan pesos de 450 kg. con la posibilidad de incluir a gusto del cliente un bloqueo por los cuatro costados de la estructura. Un ejemplo de puerta blindada homologada es la Serie Revolver, con función anti bala.
Puertas convencionales.
Esta clase de puertas son usadas cuando no deben cumplir con la función de proteger algo muy valioso, por lo que se encuentran habitualmente en viviendas. Su diseño se asemeja al de las puertas acorazadas, pero las prestaciones y acabados no cuentan con tanto refuerzo de seguridad.
Por lo general, las cerraduras son más simples que las puertas anteriores, por un sistema de bombillos de seguridad con apertura a partir de llave multipunto.
Puertas cortafuego.
Cuentan con un diseño especializado en evitar el paso del fuego al interior de la habitación en caso de incendio. Su instalación es habitual en almacenes o edificios públicos que guarden grandes cantidades de papel. Según su cierre se pueden distinguir tres clases: cortafuegos de guillotina, pivotantes y correderas.
Puertas anti explosión.
Puertas construidas en materiales que ofrecen mayor resistencia a las explosiones y tratan de minimizar al máximo las consecuencias de la misma. Para este tipo existen dos divisiones, las puertas anti detonación y anti degradación.