Las cajas fuertes son unidades de almacenamiento resistentes y duraderas diseñadas para almacenar los valiosos objetos y documentos de posibles robos, incendios y otros peligros. Para cumplir con su función, los materiales de las cajas fuertes son muy diversos, pero en todos los casos deben ofrecer resistencia y seguridad a partes iguales. La elección del material de la caja fuerte es un factor clave a la hora de asegurar la protección adecuada de los objetos que se van a almacenar.
Es importante tener en cuenta que la calidad y resistencia de una caja fuerte no solo dependen del material utilizado en su fabricación, sino también de su diseño, tamaño y tipo de cerradura. Es recomendable consultar con expertos en seguridad para determinar qué tipo de caja fuerte es la adecuada para proteger sus objetos valiosos.
En Anloar, como empresa especializada en cajas fuertes con más de 15 años de experiencia, vamos a repasar los materiales más utilizados para la fabricación de cajas fuertes, ya sea por su maleabilidad o resistencia:
Hormigón.
El hormigón es uno de los materiales más utilizados para fabricar cajas fuertes, por su dureza, precio y propiedades. Es comúnmente utilizado en las cajas fuertes que poseen grandes tamaños o que, por circunstancias, necesitan de un peso añadido. Se utiliza para reforzar la estructura de la caja fuerte y proporcionar una mayor protección contra robos y otros ataques violentos. El hormigón tiene propiedades ignífugas, por lo que es un material usado para cajas fuertes resistente al fuego y es una buena opción para proteger los objetos valiosos en caso de incendios. Cuanta mayor sea la proporción de este material posea la caja, implica un aumento significativo del peso, llegando incluso a superar los 1000 kg.
Acero.
El acero es otro de los materiales más utilizados en la fabricación de cajas fuertes gracias a su durabilidad y resistencia a los cortes, perforaciones y ataques de herramientas como taladros y sierras. Por estas razones, es el material principal de la estructura interna de las puertas acorazadas, sustituyendo la tradicional madera para ganar resistencia y durabilidad. El acero es un material que ofrece versatilidad y fuerza que se utiliza tanto en la carcasa externa de la caja fuerte como en la estructura interna y las puertas.
Aluminio.
Este es un material resistente y utilizado en la fabricación de cajas fuertes sobre todo por su ligereza. Las cajas fuertes de aluminio son más fáciles de mover y transportar que las cajas de acero o hierro fundido, pero proporcionan una protección adecuada contra robos y daños. Sin embargo, su resistencia no es tan alta como la de otros materiales, por ello, no es el material más característico cuando se trata de cajas fuertes homologadas.
Hierro.
Si con el avance se ha profundizado en el uso del acero, el hierro fundido es otro de los más tradicionales. Este material se lleva utilizando muchos siglos por su resistencia y durabilidad y es comúnmente utilizado para cualquier estructura que necesite un añadido metálico resistente. Entre los materiales de las cajas fuertes, el hierro fundido suele utilizarse en la parte interna de la caja fuerte y en la puerta para proporcionar una protección añadida en caso de robos o ataques.
Titanio.
Por último, el titanio es un material de alta resistencia que se utiliza en las cajas fuertes de mayor lujo, debido al superior coste frente al resto de los materiales. Es conocido por su resistencia a la oxidación y propiedades corrosivas. De ser utilizado, es más frecuente encontrarlo en bisagras.