Cuando un particular o una empresa posee un arma de fuego en España, disponer de un armero es una medida esencial de seguridad, y en muchos casos, también una obligación legal. La posesión de un arma conlleva una gran responsabilidad, por lo que es imprescindible conocer cuando un armero es obligatorio para hacer un almacenamiento de forma segura y conforme a la normativa vigente.
Más allá de la seguridad que ofrece tener un arma protegida frente a accesos no autorizados o robos, existe una regulación, el Reglamento de Armas (Real Decreto 137/1993, de 29 de enero, y sus modificaciones posteriores). Es importante el conocimiento de la normativa, las diferentes categorías de armas y las medidas de seguridad obligatorias que deben llevarse a cabo.

En general, sí es obligatorio tener un armero para la mayoría de las armas de fuego reglamentadas en España. Sin embargo, el tipo de armero exigido varía dependiendo del arma (corta, larga, de concurso, de caza, etc.) y del número de armas que se posean.
Un armero homologado es, en esencia, una caja fuerte especialmente diseñada para la custodia de armas de fuego, certificada conforme a la norma UNE EN 1143-1. Esta homologación garantiza un nivel de seguridad adecuado y es la única reconocida para armas reglamentadas. No obstante, también existen armeros no homologados.
Armeros homologados para custodia de armas
Los armeros homologados son los únicos autorizados para la custodia de armas de fuego reglamentadas en España. Su fabricación debe estar respaldada por un certificado de producto, que garantice que la unidad de almacenamiento cumple con las exigencias establecidas en la norma UNE EN 1143-1:2019.
Sin este certificado, el armero no tendrá validez ante la Guardia Civil y no podrá registrarse para la custodia de armas. Además, el certificado de producto debe estar emitido por un organismo certificador autorizado por la ENAC (Entidad Nacional de Acreditación), lo que asegura que el armero ha sido ensayado y verificado conforme a los estándares oficiales de seguridad.
Los armeros homologados se clasifican por grados, en función del nivel de seguridad que ofrecen y del tipo de arma que se pretende almacenar.
Armero para custodia de arma larga
Para la custodia de armas largas, se exige un armero homologado de Grado I, conforme a los requisitos de construcción y resistencia establecidos en la norma UNE EN 1143-1:2019.
Armero para custodia de arma corta
En el caso de las armas cortas, la normativa exige un armero homologado de Grado III, de acuerdo con la norma UNE EN 1143-1:2019.
Dentro de los modelos de Grado III, es importante considerar no solo el grado de seguridad, sino también la capacidad del armero, ya que la normativa establece límites específicos según el número de armas a custodiar.
Por tanto, no basta con elegir el grado correcto; también es necesario asegurarse de que el armero tenga la capacidad homologada adecuada para el volumen de armas que se va a almacenar.
Armeros no homologados
Se trata de habitáculos destinados a la custodia de armas que no precisan una licencia específica, o de armas que, en el caso de particulares, la ley no obliga a guardar dentro de un armero homologado, como ocurre con las escopetas de caza. En estos casos, es necesario conocer qué armero necesitas para almacenar una escopeta, ya que existen diferencias importantes respecto a otras armas.
Esta excepción se contempla en el Reglamento de Armas para usuarios con licencia tipo E, siempre que se trate de particulares. Por otro lado, en establecimientos regulados como una armería, se permite la exhibición de escopetas de caza únicamente si el arma se encuentra inutilizada o se ha retirado alguna pieza esencial del mecanismo.
Entre los armeros no homologados se encuentran también los de corte decorativo. Existen armas, al margen de las escopetas, que pueden exhibirse en el domicilio particular sin necesidad de custodia en la caja fuerte, siempre que estén inutilizadas legalmente o sean piezas de colección (como armas antiguas o de avancarga). En estos casos, pueden exponerse en vitrinas de cristal o madera, siempre respetando la normativa vigente.
Ventajas de un armero
Tener un arma de fuego en casa, ya sea por motivos deportivos, profesionales o de defensa, implica una gran responsabilidad. Un uso inadecuado o un acceso no autorizado puede poner en riesgo a las personas del entorno. Por ello, guardar las armas en un armero homologado es una de las formas más efectivas de garantizar la seguridad en el hogar.
Del mismo modo que se protegen objetos personales o documentos de valor, las armas también deben mantenerse en un lugar seguro y fuera del alcance de terceros. En este sentido, los armeros de Grado I y Grado III, diseñados conforme a la normativa UNE EN 1143-1:2019, incorporan cerraduras y sistemas de seguridad que dificultan enormemente el acceso a cualquier persona no autorizada.
En Anloar, recomendamos optar por un armero con doble sistema de cierre, es decir, con cerradura de llave y combinación electrónica o mecánica. Este tipo de configuración impide que el armero pueda abrirse únicamente con la llave o solo con el código, ofreciendo así un nivel superior de protección frente a intentos de manipulación o robo.
Además de proteger las armas, un armero también incrementa la seguridad general del hogar, aporta tranquilidad al propietario y garantiza el cumplimiento de la normativa vigente sobre custodia de armas.

