Los robos en supermercados son una realidad constante a la que muchos establecimientos deben enfrentarse. Optar por un buen dispositivo de vigilancia suele ser de las primeras opciones que se vienen a la mente, pero contar con una caja fuerte que ha sido diseñada expresamente para un supermercado, un sistema de alarma o un cristal reforzado, otorgará un valor añadido al negocio en cuanto a seguridad y protección.
Desde Anloar Sistemas de Seguridad, conocemos bien estas situaciones, por ello, queremos compartir un breve resumen sobre consejos básicos que pueden evitar robos en supermercados sin llevar a cabo un gran desembolso de tiempo o dinero:
Medidas de seguridad básicas.
Es importante tener en cuenta que cualquier pequeña acción en pro de ganar seguridad puede suponer un gran beneficio que ahorra disgustos. Esto es, la instalación de espejos de forma estratégica, con el fin de mejorar la vigilancia de ángulos muertos de la tienda, o proceder con una distribución de los productos orientada a la integridad de estos. La finalidad de estas medidas será complementar y apoyar a los sistemas de seguridad instalados.
Una buena visibilidad de los productos es el primer factor clave de prevención de riesgo, disminuyendo la posibilidad de suceder un hurto, gracias a que el hipotético ladrón lo tendrá mucho más difícil.
Sistemas de vigilancia.
La instalación de cámaras de seguridad y sistemas de alarmas son el elemento más común para evitar robos, cuyo primera función es disuadir al ladrón, debido al riesgo que añadido que supondrá actuar estando vigilado. En caso de suceder, contar con un buen sistema de vigilancia ayudará y facilitará el trabajo a la policía y las autoridades para conseguir encontrar al delincuente.
Cajas fuertes para supermercados.
Son varios los dueños de establecimientos de compraventa que terminan por contactarnos con intención de adquirir una caja fuerte que proteja el dinero en efectivo. La ventaja de poseer una caja fuerte en un establecimiento de esas características es su doble función, la protección y la disuasión.
Una caja fuerte en un supermercado es una de las mejores medidas de protección física para el dinero en efectivo, más aún cuando existen cajas fuertes de cobro como la Serie Cash Box Portátil o las cajas fuertes depósito. Éstas son dispositivos diseñados para esta clase de establecimientos, ofreciendo la posibilidad de introducir dinero dentro sin tener acceso a la caja, impidiendo su retirada en caso de desconocer la clave o no estar en posesión de la llave necesaria.
Aun así, el producto estrella para los supermercados es la Serie Submostrador anti-atraco de Ollé. Ambas cuentan con un diseño dividido en dos partes: un cajón superior de cierre independiente y un depósito en la parte de abajo también con apertura independiente. Lo realmente interesante es la conexión que hay entre ambas partes mediante un sistema basculante en el cajón superior, que además cuenta con un separador de billetes y monedas.
De esta manera, se podrá introducir efectivo en una zona del cajón y solo con cerrar el cajón, automáticamente caerá en depósito inferior . Además, como poseen cierres distintos, una vez que el dinero cae, no será accesible a menos que se conozca la combinación o se posea la llave del segundo cierre. Con este sistema se consigue un dos en uno, ganando en seguridad.
Vista la función de protección, se puede hablar de disuasión cuando un supermercado dispone de una caja fuerte pero los empleados no cuentan con la llave o la combinación para poder manipularla. Un cartel avisando de esta situación conseguirá disuadir más fácilmente las intenciones de robar el dinero en efectivo de ese establecimiento, debido al riesgo que supone robar una caja fuerte, desde conseguir desinstalar, cargar (pesos de 70 kg o superiores para la Serie SUB) y finalmente abrirla.