Las cajas fuertes ignífugas son una gran solución para mantener a salvo cualquier documento u objeto de alto valor, incluso para una vivienda. Aunque históricamente han sido más usadas por instituciones y negocios, las cajas con resistencia al fuego se han vuelto una opción viable para los particulares que desean salvaguardar pequeños objetos de valor o documentos como las escrituras de una casa.
Actualmente, se pueden adquirir esta clase de cajas con precios muy competitivos, incluyendo también un certificado de protección contra el fuego. Contar con este elemento garantiza que el dispositivo de almacenamiento posee propiedades contra incendios que han sido ensayadas y supervisadas por un laboratorio acreditado.
Materiales.
Las cajas fuertes ignífugas se caracterizan por tener unas paredes de hormigón reforzado de bastante grosor, por lo que contarán con un peso considerablemente mayor que cualquier otra caja fuerte de las mismas dimensiones.
Ubicaciones posibles.
Un peso añadido dificulta los sitios donde se puede llevar a cabo la instalación, ya que una caja de 400 kilogramos no puede instalarse en cualquier lugar. Lo más recomendable es colocarlas en sótanos o plantas bajas y en habitaciones poco transitadas, tanto si es un establecimiento, como una vivienda.
Al margen de contar con una caja a prueba de incendios, es aconsejable disponer de un sistema de alarma y extinción de incendios para evitar males mayores.
Medidas.
Como cualquier caja fuerte, en Anloar Sistemas de Seguridad contamos con una gran variedad de cajas fuertes y armarios ignífugos certificados. Éstas pueden variar desde los 30 cm que puede tener de altura el modelo 32-E de la Serie Vulcano, hasta casi los 2 metros de la Serie Ignis.
Una recomendación a la hora de adquirir una caja fuerte con resistencia al fuego es prestar especial atención a las medidas internas, ya que, unas paredes y puerta de gran espesor, reduce bastante el espacio y volumen interior.
Cerraduras.
Las cajas ignífugas permiten colocar los mismos sistemas de cierre que la gran mayoría de nuestras cajas, desde la apertura de llave hasta una cerradura electrónica que pueda gestionarse de forma remota en otra ubicación.
En este caso, la recomendación desde Anloar Sistemas de Seguridad será aplicar el cierre que combina la llave de gorjas con la cerradura electrónica. Disponer de dos sistemas de apertura siempre es un añadido de seguridad, sobre todo en caso de robos, puesto que, para conseguir abrir la caja, necesitarán tanto la llave como el código numérico correcto.
Normativas.
Existen dos clases de normativas aplicables a una caja fuerte ignífuga: la que establece el tiempo de aguante y resistencia al fuego, y la que define el grado de seguridad de una caja fuerte, es decir, la resistencia a ataques e intentos de robo.
Para conseguir el certificado de resistencia al fuego, una caja debe someterse a ensayos regulados por tres posibles normativas: UNE EN 1047, actualizada en 2019 para la clasificación y métodos de ensayo de resistencia al fuego. Esta norma se establece por la Unión Europea. La norma UL (Underwriters Laboratories), usada por los productos procedentes de Estados Unidos, ya que se trata de una empresa ubicada en el estado de Illinois. Por último, la NT (Nordtest Method) FIRE norma de origen sueco para la certificación a prueba de fuego.
Respecto a los certificados de seguridad, la norma es la misma que un armero, es decir, la UNE EN 1143-1, muy importante que esté actualizada al 2019. Un producto ignífugo que cuente con un grado de seguridad I, significa una doble protección, anti ataques y anti incendios.