Cuando hablamos de puertas, es probable haber escuchado ambas clases de puerta como parte importante de la seguridad del hogar o un negocio. Si bien una infraestructura segura debe tener buenos materiales aislantes, resistentes, etc. No se debe olvidar que las puertas son el elemento que permite el acceso al interior y, por lo tanto, necesita un refuerzo añadido.
En temas de protección, una puerta acorazada o blindada es sinónimo de seguridad, pero no son exactamente iguales, ni ofrecen el mismo grado de resistencia.
Puerta blindada.
Una puerta de estas características reúne dos elementos principales construidos en madera: primero, una estructura de hoja con un relleno de acero para conseguir una mayor robustez y espesor. El segundo elemento es el cerco. Dicho esto, la puerta contará con una cerradura correspondiente, pestillos etc.
Esta clase de puertas han sido durante muchos años la elección más segura para un hogar. A día de hoy, tener una puerta blindada sigue siendo una opción segura, pero no es la mejor alternativa por diferentes razones:
● La madera es un material que limita en grandes cantidades otros componentes de la puerta.
● Es vulnerable en comparación con el acero
● Respecto a la cerradura, al instalar su protector, se deberá instalar sobre la estructura ya existente, en vez de fijarse en el interior de vivienda
● El mantenimiento de estas puertas ofrece bastantes inconvenientes. Nuevamente la madera es un material, que comparándolo con acero, se deteriora mucho más rápido.
● Con la constante evolución de las técnicas y herramientas de ladrones, estas estructuras de madera presentan dificultades para resistir sin apenas daños un ataque con herramientas de nivel medio.
Puerta acorazada.
Las puertas acorazadas, la diferencia más notable respecto a las blindadas es el material, en este caso el acero. Estas puertas cuentan con la hoja y el cerco de acero y los demás elementos como cerradura, pestillo, etc. tienen un carácter de seguridad.
Por mucha seguridad que pueda ofrecer esta clase de puertas, no todas son iguales. En función del tipo de cerradura, espesores del cerco o cilindro entre otros, se consigue un mayor o menor grado de seguridad. Por ello, si una persona desea una puerta con grado de seguridad III o IV en función de la normativa europea, es importante informarse que ésta cuente con el certificado de la española AENOR.
Una puerta certificada por AENOR significa seguridad, y cuanto más alto sea el grado de certificación, mayor será la resistencia y protección. Los tres elementos fundamentales son:
● Marco: Está compuesto por dos largueros y un cabezal. Ambos elementos deben ser de acero.
● Hoja: Compone los acabados exterior e interior, y junto al marco, conforma el grado de seguridad de la puerta
● Cierre: Al usar acero, la cerradura no posee las limitaciones de la madera y permite la instalación de anclajes anti-palanca
Conclusión.
Finalmente, si la decisión está entre llevar a cabo una instalación de una puerta acorazada o blindada, y el factor más importante para el comprador es la seguridad, la acorazada se encuentra en un estado de desarrollo asentado y puntero.
En Anloar contamos con puertas de seguridad de ambos tipos, y facilitamos información sobre la certificación correspondiente de cada uno de nuestros productos. En terreno, la Kiuso XXI es una de las más demandadas, debido a su alto nivel de seguridad e instalación que deja atrás las obras .